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ANTECEDENTES DE LA OPERACIÓN ESTADÍSTICA
Las encuestas de calidad de vida surgen como respuesta a la necesidad de caracterizar la población en los diferentes aspectos involucrados en el bienestar de los hogares. Con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y UNICEF, en el DANE en 1986 se creó el proyecto ISPA (indicadores de pobreza absoluta), cuya labor consistió en identificar la población en condiciones de pobreza, caracterizarla y ubicarla espacialmente. Para ello se definieron dos metodologías: la primera denominada Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), medía la pobreza estructural con base en la información del Censo de Población y Vivienda realizado en 1985 y la segunda denominada Línea de Pobreza (LP), medía la pobreza coyuntural también reconocida como pobreza por ingresos, basándose en la Encuesta de Ingresos y Gastos realizada entre 1984 y 1985.
Una vez definidas las metodologías y por la necesidad de profundizar en el estudio de las características de la población pobre, que implican otras dimensiones del bienestar (como aquellas relacionadas con la salud, la educación, las actividades laborales, la tenencia de bienes en el hogar, etc.), y dadas las restricciones propias de los instrumentos utilizados para la definición de las metodologías de pobreza, cuyos objetivos serían muy específicos, se vio la necesidad de diseñar una encuesta de calidad de vida que captara información sobre estos y otros aspectos que hasta ese entonces no habían sido medidos.
En 1991, con el apoyo de UNICEF y la Alcaldía Mayor de Bogotá, el DANE a través del Departamento Administrativo de Planeación Distrital (DAPD) aplicó la Encuesta sobre Pobreza y Calidad de Vida en Santafé de Bogotá. Sus resultados fueron representativos para las 19 localidades urbanas del Distrito Capital.
A finales de 1993, el DANE nuevamente realiza la ECV. En esta ocasión con una cobertura nacional y representatividad para el total nacional, cabecera y centros poblados - rural disperso y para cuatro principales ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Por esta misma época, el DNP efectuó la Encuesta de Caracterización Socio-económica (CASEN) mientras que la Contraloría General de la República aplicó la Encuesta sobre Equidad del Gasto Social. Ambas tenían objetivos fundamentales similares, aunque los resultados obtenidos presentaron algún grado de divergencia. Este hecho obligó a reflexionar y estudiar la viabilidad de unificar esfuerzos institucionales con el fin de realizar una sola encuesta nacional que fuera multipropósito y que garantizara óptima confiabilidad en sus resultados y oportunidad en su entrega. Fue así que se definió la realización de una Encuesta de Calidad de Vida que contara con un nuevo formato, una nueva metodología y cuya periodicidad de aplicación fuera cada cuatro o cinco años.
En 1997, se realizó la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) que incorporó en su diseño y ejecución lo postulado por la metodología para la medición de las condiciones de Vida (The Living Standards Measurement Study - LSMS-) que fue promovida por el Banco Mundial. Esta metodología se caracterizaba por buscar asegurar la calidad de los datos mediante una supervisión exigente, la búsqueda de un entrevistado directo, la captura en terreno y una capacitación intensa de todas las personas que participan en el trabajo de campo. La ECV de 1997 contó con el apoyo de la Misión Social del DNP y la cofinanciación de entidades como: los ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural, Educación y Salud; el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA); el Instituto de Seguros Sociales (ISS); el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF); el Banco de la República y la oficina en Colombia del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La información de dicha encuesta fue representativa para el total nacional, cabecera y centros poblados - rural disperso y para ocho regiones del país: Antioquia, Pacífica, Central, Oriental, Atlántica, Bogotá-Soacha, Orinoquía-Amazonía y San Andrés. Las primeras cinco regiones tuvieron representatividad cabecera y centros poblados - rural disperso. Bogotá-Soacha y Orinoquia-Amazonia tuvieron representatividad para cabeceras y San Andrés para el total de la región.
En 2002 se iniciaron las gestiones tendientes para la realización de una nueva ECV. Finalmente se concretó en 2003 con la cofinanciación de varias entidades del orden nacional, tales como: el DNP mediante el Programa de Desarrollo Humano (PDH); la Alcaldía Mayor de Bogotá; el Banco de la República; el SENA; el ICBF; la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), y ECOPETROL.
La ECV 2003 tuvo básicamente la misma representatividad de la ECV 1997, pero adicionando como dominio de estudio el departamento del Valle del Cauca.
En 2007 se realizó la ECV 2007 Bogotá, con representatividad para el total de la ciudad y para cada una de las 19 localidades urbanas y se incluyó por primera vez a Sumapaz. Este proyecto se desarrolló mediante convenio interadministrativo entre el Departamento Administrativo de Planeación Distrital (DAPD) y el DANE. En esta ocasión se realizó una medición de las condiciones de vida de los habitantes de Bogotá que permitió analizar los cambios en la calidad de vida ocurridos en los últimos cuatro años y actualizar la información socioeconómica y demográfica del Distrito Capital como apoyo de los procesos de planeación, programación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas distritales.
En el 2008 el DANE realizó una nueva ECV con una similar representatividad que la ECV 2003. La desarrollo para el total nacional, cabecera y centros poblados - rural disperso por grandes regiones (Antioquia, Valle, Atlántico, Pacífica, Central, Oriental); solo cabecera para Orinoquia-Amazonia; Bogotá D.C. y San Andrés. En esta oportunidad se desarrollaron las temáticas tradicionales como: las características de la vivienda; el acceso a servicios públicos; las características socio demográficas de las personas; la educación; la afiliación al Sistema de Seguridad Social en Salud; el cuidado de niños menores de cinco años, la percepción de las condiciones de vida del hogar y el gasto de los hogares, entre otros. Adicionalmente en 2008 se incluyeron preguntas que abordaban el tema de seguridad alimentaria.
Debido a los resultados obtenidos en la ECV 2008, se tomó la decisión de realizar la encuesta con una periodicidad menor a cinco años. En ese entonces se determinó aplicarla cada dos años, por lo que su siguiente ejercicio fue en el año 2010. A partir de 2010 y debido a la importancia creciente de las temáticas abordadas en la encuesta, la ECV se realiza con una periodicidad anual.
Los ejercicios desarrollados desde entonces fueron ECV 2010, ECV 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y el más reciente 2016.
Otras preguntas que fueron incluidas en la ECV 2008 y ECV 2010, con el fin de avanzar en el análisis con perspectiva de género, estaban relacionadas con la tenencia de título de propiedad de la vivienda propia y las actividades desarrollados por padres y madres con los hijos menores de 5 años contribuyendo de esta forma con el seguimiento de los objetivos del milenio.
En la ECV 2010 y con el fin de contribuir con análisis relacionados con la economía del cuidado, se incluyó el tema relacionado con la persona encargada del cuidado de miembros del hogar con limitaciones permanentes y el número de horas semanales dedicadas a su cuidado.
Para la ECV 2011 se agregó una temática nueva al componente rural que buscaba indagar por los precios de venta y los costos de la producción agropecuaria para determinar los ingresos del sector rural.
En la ECV 2012 se excluyeron los capítulos de gastos de los hogares y componente rural, y se incluyó un capítulo de seguridad alimentaria similar al de la ECV 2008 y un capítulo de Tecnologías de la Información y Comunicación.
Para la ECV 2013 se trabajaron los mismos capítulos de ECV 2012 con excepción del capítulo de seguridad alimentaria. En 2014 se incluyó un capitulo nuevo sobre trabajo infantil y se volvió a incluir el capítulo de gastos de los hogares que se había realizado en 2011. Para la ECV 2015 se incluyó un nuevo capítulo sobre uso de energéticos de los hogares y se excluyó el capítulo de gastos de los hogares.
En 2016 se excluyó el capítulo de uso de energéticos de los hogares y se incluyó un capítulo nuevo sobre necesidades jurídicas para las personas de 18 años y más. Para 2017 se incluyó el capítulo sobre seguridad alimentaria, y unas preguntas sobre bienestar subjetivo de las personas de 15 años y más y se excluyó el capítulo sobre necesidades jurídicas.
REFERENTES INTERNACIONALES
El Estudio de la medición de las condiciones de vida (Living Standards Measurement Study, LSMS), del Banco Mundial, establecido en 1980, constituye el primer esfuerzo internacional en la promoción del diseño e implementación de Encuestas multipropósito a hogares en países en desarrollo mediante la provisión de asistencia técnica a las oficinas nacionales de estadística de esos países. El objetivo del programa original fue “promover un mayor uso de los datos de hogares como base para el proceso de toma de decisiones de política” (Deaton y Zaidi, 2002). Desde sus inicios, el LSMS propuso la incorporación de indicadores sociales como condiciones laborales, ambientales y medidas subjetivas de calidad de vida.
El siguiente referente internacional de importancia para Colombia lo constituyó el Programa regional de Mejoramiento de las Encuestas de Condiciones de Vida en América Latina y el Caribe, MECOVI, liderado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y la Cepal, y ejecutado entre 1996 y 2004. De manera similar al estudio LSMS, el objetivo del MECOVI fue proveer asistencia técnica y financiera a los países participantes para mejorar el diseño de las encuestas a hogares, la implementación de sistemas integrados de esas encuestas y la calidad de las publicaciones. Durante su período de operación, el MECOVI realizó varios talleres regionales y cursos regionales de capacitación alrededor de las encuestas de hogares, en general, y de aspectos más puntuales (muestras, medición del ingreso, gasto, pobreza, empleo, etc.).
En tercer lugar hay que destacar un referente vigente, la iniciativa de la OCDE Para una vida mejor: medición del progreso y el bienestar (Better Life: Measuring Well-being and Progress), lanzada en 2011 en respuesta a las recomendaciones de la Comisión sobre la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social. Dicha iniciativa incluye el programa Cómo va la vida (How´s Life), que realiza el monitoreo para los países integrantes de la organización a un conjunto de indicadores de bienestar agrupados en 11 dimensiones, partiendo de un marco de referencia propio para la medición del bienestar y el progreso. Esa propuesta se ha vuelto el abordaje más popular a nivel internacional para medir la calidad de vida (Bijl, 2015).
Otras características distintivas del marco de la OCDE para la medición del bienestar y el progreso son: i) su énfasis en la gente (individuos y hogares), en su situación y en la manera en que se relacionan con otros en la comunidad donde viven y trabajan; ii) su concentración en los resultados del bienestar, más que en los insumos o productos empleados para obtenerlos; iii) la inclusión tanto de aspectos objetivos como subjetivos del bienestar, en la medida en que considera que las experiencias personales sobre las circunstancias de la vida proveen información suplementaria o complementaria a las medidas objetivas; iv) su análisis de la distribución del bienestar en la población, mirando diferencias entre grupos de individuos (según edad, género, educación e ingreso) (OCDE, 2017).
Además de los referentes señalados, los conceptos y definiciones de la Encuesta de Calidad de Vida se enmarcan en las normas, resoluciones y recomendaciones de los organismos internacionales que producen los lineamientos para la medición de indicadores del mercado laboral (Organización Internacional de Trabajo, OIT), la seguridad alimentaria (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO), el bienestar (la OCDE) e indicadores sociales, de pobreza y desigualdad (CEPAL y Comité Andino de Estadísticas), entre otros