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ANTECEDENTES
Desde las décadas de los sesenta y setentas, el DANE efectuó mediciones relacionadas con lo cultural. En esos estudios se brindaba información sobre los datos de educación (alumnos matriculados, tipo de educación y número de instituciones educativas), los gastos en boletería, el número de funciones y de espectadores al año(Conferencias Culturales y Recitales; Conciertos Musicales; Comedía y Drama; Operetas, Zarzuelas y Revistas; Ballet; Carreras de Caballo; Foot-Ball; Corridas de Toros y Riñas de Gallo ), el total de emisoras, los artistas presentados y el número y tipo de publicaciones periódicas1. Así mismo, se hicieron algunos reportes sobre servicios específicos con datos nacionales, departamentales y locales como lo expone el documento El Cinematógrafo en Colombia (DANE, 1965).
A pesar de esta importante práctica, solo a partir del año 2000, la entidad incluye de manera continua en su agenda la medición de algunas categorías y fenómenos referentes a lo cultural. Algunos de estos ejercicios han entregado importantes datos al país sobre consumo de televisión, hábitos de lectura, aportes del sector cultura al PIB y gastos en actividades, bienes y servicios culturales
MODULOS DE TELEVISIÓN
En 2003, en el marco de la Encuesta de Calidad de Vida (ECV), la Comisión Nacional de Televisión, el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional y el DANE desarrollaron un módulo de 10 preguntas sobre televisión, con una muestra de 24.090 hogares y un nivel de desagregación de 9 regiones. Entre los principales resultados están la estructura de gastos del hogar y su relación con el servicio de televisión; su tenencia, clase y usos, el cubrimiento, perfil del televidente, la calidad de la señal y los hábitos de consumo de televisión (horarios, franjas y canales).
Para darle continuidad a este ejercicio, en 2005 se incluye en la Encuesta Continua de Hogares (ECH) el módulo de televisión, en coordinación con la Comisión Nacional de Televisión. De este ejercicio se publica un anuario estadístico en el mismo año, en el cual se exponen algunas variables del estudio con las características socioeconómicas de los hogares, lo cual arroja importantes datos sobre las personas dada la cantidad de variables de caracterización que maneja la ECH, situación que hace de este tipo de encuestas, un excelente mecanismo para obtener caracterizaciones de mayor nivel.
De esta experiencia se destaca la continuidad en la medición, ya que durante el tercer semestre del año 2007, la Comisión y el DANE retomaron el trabajo adelantado, incluyendo en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) en el trimestre julio-septiembre de 2007, algunas preguntas sobre el promedio de horas invertidas y las jornadas en la cuales se ve televisión; los tipos de canales vistos, el tipo de servicio al cual se accede, los beneficios conexos a la tenencia el servicio y sus costos mensuales.
MÓDULOS DE HÁBITOS DE LECTURA
El primer módulo fue realizado en diciembre de 2000, como producto del trabajo conjunto desarrollado por entidades públicas y privadas del sector cultural con el DANE , fue liderada por la Cámara Colombiana del Libro, entidad que motivó la participación del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), Fundalectura y el Ministerio de Educación que además realizó un examen detallado de experiencias previas de otros países para su diseño. El equipo técnico interinstitucional definió el grupo de 15 preguntas del módulo adscrito a la Encuesta Nacional de Hogares (reemplazada por la GEIH). Este conjunto de preguntas, analizado con otras variables sociodemográficas que contemplaba la encuesta, permitió identificar diferentes hábitos relacionados con las predilecciones en cuanto a publicaciones (libros, periódicos y revistas), perfiles de lector por niveles de ingresos, edad y nivel educativo, razones de lectura y formas de adquisición de este tipo de bienes.
En 2005 se retoma la operación con la participación de un mayor número de entidades, lo que permitió el aumento en la cantidad de preguntas (de 15 a 23), la ampliación del rango de edad de la población objetivo (incluyendo menores entre los 5 y 11 años) y el aumento de la cobertura (se incluyeron 11 ciudades capitales, la población rural del país y las cabeceras municipales), siendo este último el logro más importante a nivel estadístico.
Los temas de la encuesta anterior se mantuvieron pero se profundizó en tipologías, lugares predilectos para leer, lectura en Internet y motivos y lugares de compra de libros. En el caso de los menores entre 5 y 11 años, se indagó sobre la lectura compartida, si le gusta la lectura, los sitios en los cuales el menor hace esta actividad, así como las razones de no lectura.
OTRAS MEDICIONES REALIZADAS POR EL DANE
En la ECV lo cultural también se ha medido a través de preguntas específicas sobre actividades, servicios y bienes. En el formulario de la versión del año 2007, en el capítulo “Servicios del hogar”, se indaga acerca de las prácticas de las personas en el manejo de las basuras, lo que da cuenta del tipo de relaciones que se tienen con el medio ambiente. En el aparte sobre “cuidado de niños y niñas menores de 5 años”, se pregunta por el tipo de actividades recreativas y de entretenimiento realizadas por el menor con sus padres; en “Educación” se explora la asistencia anual a bibliotecas.
En el capítulo sobre las condiciones de vida del hogar y tenencia de bienes, el formulario pregunta por la percepción de las personas sobre el estado de la ciudad frente a la igualdad de oportunidades para mujeres y grupos étnicos, así como la participación en las decisiones por parte de la comunidad. De igual forma, se indaga por la tenencia de equipos de reproducción de audio y video, aparatos de televisión y radio y consolas para videojuegos.
Respecto a los gastos de los hogares, se pregunta por el pago o adquisición de bienes y servicios como periódicos y revistas, diversión y entretenimiento (espectáculos, discotecas, cine, deportes, etc.), servicio de Internet, celular y televisión por cable; libros, discos, DVD y CD, artesanías, cuadros y obras originales de arte, así como la compra de aparatos electrónicos como consolas para videojuegos, reproductores de música, video e imagen, cámaras de video y fotográficas, entre otras.
Para 2007 en la Encuesta de Ingresos y Gastos (EIG) se integraron preguntas relacionadas con la compra/adquisición de productos característicos y conexos culturales(cuadros, pinturas, obras de arte, dibujos, grabados, etc.), bajo diferentes tipos y formas obtención: pago efectivo, con sistemas de crédito, trueques o cambios, formas que permiten ver la complejidad en la circulación y distribución de estos productos. En este caso, también se incluyeron servicios asociados a lo cultural (cursos de educación no formal en academias e instituciones de formación artística), variables que nutren de información a las cuentas nacionales y, especialmente, a la Cuenta Satélite de Cultura.
Por su parte, la Cuenta Satélite de Cultura es un sistema que, mediante lógicas de comparabilidad internacional y estándares de medición del marco central de las cuentas nacionales, vincula los aspectos económicos del sector cultural y sus subsectores, que comprende las cuentas de bienes y servicios, los agregados macroeconómicos y los indicadores relacionados. Este desarrollo, adelantado por el DANE con la asesoría de Naciones Unidas y el Convenio Andrés Bello, ha logrado identificar y adscribir las actividades culturales a las cuentas nacionales, para obtener un cuadro contable coherente del flujo económico relacionado y establecer los vínculos entre las diferentes manifestaciones asociadas a lo cultural.
EXPERIENCIA ENCUESTA CONSUMO CULTURAL
La Encuesta de Consumo Cultural la viene desarrollando el DANE desde hace un lustro. La primera versión de esta operación estadística (ejercicio exploratorio año 2007) contempló un formulario de ocho módulos y 84 preguntas, aplicado a 8.275 personas en 2.415 hogares de 14 municipios del país. Al año siguiente (prueba piloto 2008), el equipo de trabajo realizó los ajustes temáticos y metodológicos a los documentos y al formulario de la investigación, logrando así obtener información de 68 municipios, 11.183 hogares y 37.831 personas. Para 2010, el instrumento fue mejorado basado en la experiencia de 2008, logrando así un cuestionario de 82 preguntas e información de 117 municipios y 8.265 hogares, para un total de 26.725 encuestas.
Esta encuesta es una forma de acercarnos al conocimiento de las preferencias y tendencias de consumo cultural y permite conocer los niveles de accesibilidad de los ciudadanos y ciudadanas a las ofertas culturales existentes, con los cuales es posible identificar los grados de democratización de la cultura en el marco de un país pluriétnico y multicultural como el nuestro.
En cuanto a las metas logradas gracias a esta operación estadística se destacan:
· La entrega de indicadores en el marco de políticas públicas culturales como el Plan Nacional de Cultura “Hacia una Ciudadanía Democrática Cultural 2001-2010”, la Visión Colombia II Centenario 2019 “Forjar una cultura para la convivencia”, los Planes Nacionales Sectoriales (Plan Nacional Audiovisual, Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas, Plan de Educación Artística).
· La entrega de información específica sobre consumo cultural y gasto en bienes y servicios a la Cuenta Satélite de Cultura de la Dirección de Síntesis y Cuentas Nacionales (DSCN) del DANE.
· La exploración de otras dimensiones de lo cultural en otros fenómenos sociales, con el propósito de vincular temáticas que se vienen legitimando internacionalmente como el caso del medio ambiente (lineamientos UNESCO), y lo que implica la conservación, preservación y apropiación del patrimonio cultural.
· El aumento de la calidad en la producción de los documentos soportes de acuerdo con las recomendaciones del grupo de Metodologías, el Programa Acelerado de Datos y el Aseguramiento de la Calidad de la Información Estadística Estratégica (ACIEE), proyectos impulsados por el DANE para el mejoramiento continuo de sus operaciones estadísticas.
· El ajuste de algunas preguntas del formulario (gasto, frecuencias, reubicación de categorías), la estandarización de razones de no utilización de servicios, espacios y bienes culturales, a partir de la experiencia de las tres aplicaciones (2007, 2008 y 2010) con el fin de optimizar tiempos, obtener información más detallada y ofrecer indicadores más cercanos a los requerimientos de las políticas culturales, los lineamientos internacionales y los usuarios como entidades públicas, organismos supranacionales e internacionales y personas naturales del área científica e investigativa.
· Mayor control en la recolección gracias al uso continuo de los formatos y los reportes semanales de cobertura tanto en el recuento como en el proceso de recolección, labor desarrollada por los equipos operativos y de sistemas, en el marco de los procesos de calidad que lidera el DANE.
· La referencia de la encuesta como ejemplo de metodología de medición, en documentos internacionales sobre el derecho cultural de la participación en la vida cultural (Pacto Derechos Económicos Sociales y Culturales -DESC 1968 y Declaración de Friburgo 2007).
REFERENTES INTERNACIONALES
Con el propósito de tener un conjunto de variables para analizar en otros contextos, el DANE estudia un grupo de ejercicios hechos en el país y en la región para elaborar con un criterio más agudo sus investigaciones, con miras a la estandarización y comparabilidad de los datos que se producen. Es importante considerar que pueden existir más proyectos estadísticos relacionados; sin embargo, en este caso se resaltan aquellos que fueron marco esencial de reflexión para la presente investigación.
MÉXICO
La Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales (2004) permite analizar los bienes y servicios que consumen los mexicanos en términos de frecuencias, motivaciones y tipologías de acceso (bibliotecas, géneros, audiovisuales, etc.). También, indaga por la percepción y valoración de los encuestados sobre la infraestructura cultural del país (especialmente la pública), la gestión de las entidades públicas de lo cultural y el papel de la familia en el desarrollo de preferencias culturales.
Esta encuesta es un referente interesante en tanto que vincula, en un mismo instrumento, categorías de bienes, servicios y espacios culturales, medios de comunicación, preguntas alusivas a conceptos y sentidos alrededor de lo cultural. Al analizar esta encuesta, se advierte que existen preocupaciones en común por tener algunas variables posibles de comparar para obtener un panorama regional sobre dichas prácticas.
El formulario es extenso: consta de 156 preguntas, las cuales sugieren un mapa más complejo sobre las prácticas culturales asociadas. En cuanto a la muestra, se diligenciaron en total 4.050 encuestas para una población entre 15 años o más, un número a reconsiderarse si se tiene en la cuenta la población de México, en especial la del Distrito Federal. Respecto a las preguntas, el estudio aprovecha la caracterización de las condiciones socioeconómicas para exponer diferencias significativas en los consumos de los productos culturales. Dado el tamaño del cuestionario, la operación sugiere preguntas alrededor del tiempo de rendimiento en campo (número de encuestadas realizadas por día por encuestador), los mecanismos de sensibilización y promoción usados para garantizar una recepción positiva de la encuesta, así como la tasa de no respuesta dada la extensión del formulario.
Otra investigación relevante es la Encuesta Nacional de Lectura del 2006. En este caso, se profundiza en la lectura de publicaciones tanto impresas como digitales. El estudio explora: por qué y cuánto leen las personas en México; las razones y espacios de lectura; el acceso y circulación a la cultura escrita; las representaciones sociales de la lectura y el uso del tiempo libre, así como las condiciones y factores que facilitan el desarrollo de la formación lectora.
La investigación contempló la aplicación de dos cuestionarios: uno de hogar, con cerca de 33 preguntas sobre el equipamiento de ellos y los servicios con los que cuenta, las características de las personas que lo constituyen, las condiciones económicas y la filiación familiar para hacer una significativa caracterización socioeconómica; el otro, el cuestionario de opinión (con 107 preguntas), que recoge las opiniones, actitudes y valores de los entrevistados, así como las prácticas ejecutadas por las personas en torno a la lectura.
En este caso, se aplicaron 4.057 encuestas a personas de 12 años y más en 136 municipios de México, lo cual sigue siendo determinante en la representatividad de los datos. Se destaca en esta operación el nivel de profundización con el cual se aborda el fenómeno de la lectura, lo cual abre la posibilidad de extender los instrumentos y considerarlos por temas, pero como ejercicio previo de estandarización y homologación con otras investigaciones en este campo, que permitan la comparabilidad deseada.
ARGENTINA
Como una iniciativa de la Secretaría de Medios de Comunicación de la Nación, el gobierno argentino creó en 2004 el Sistema Nacional de Consumos Culturales, bajo el precepto de que “el conocimiento de las prácticas culturales de una nación es un insumo fundamental para el diseño de políticas públicas, tanto comunicacionales como culturales y sociales” .
A través de este sistema se construye el “mapa perceptual de los consumos culturales de los argentinos”, el cual se considera como “un variado conjunto de indicadores que representan los valores, preferencias y costumbres culturales que caracterizan y distinguen a cada sociedad en particular.”
En el primer ejercicio del 2004 se indagó por una serie de indicadores en áreas específicas. En la primera sección se estudiaron cuatro categorías:
1) El consumo cultural de música, cine, libros, asistencia al cine, a las bibliotecas, al teatro, entre otros.
2) Los gastos en bienes y servicios culturales, y el rubro familiar invertido en cultura;
3) Las actividades realizadas en el marco del tiempo libre, así como aquellas que a las personas les gustaría ejecutar (incluye cursos);
4) Por último, el nivel de participación en fiestas populares, pregunta integrada a través de la categoría de cultura popular.
En la segunda parte, los temas fueron:
1) Exposición a medios (frecuencia de uso, preferencias).
2) Viajes y turismo, donde se incluyen preguntas sobre sitios, motivos por los cuales se visitan así como aquellos que se desean explorar.
3) Participación ciudadana, categoría bajo la cual se investiga sobre hábitos, formas de acceso a dicha participación, democracia y demanda cultural;
4) Actividades religiosas: creencias y lecturas asociadas.
En el último trimestre de 2005 se realizó una nueva medición en dos etapas. La primera exploró los hábitos informativos de las personas entre los 12 y 70 años de edad (tercera ola de la investigación)- en las siguientes categorías: televisión (preferencias de contenido, jornadas), radio (jornadas y tipos), diarios y revistas (lectura para informarse, consumo días semana, temas y contenidos preferidos, lectura completa e incompleta de textos, tipo de diarios, modalidades de compra). Con relación a Internet, se indagó por la exposición a noticias a través de la web, el uso diario de este medio, las principales noticias visitadas y las razones de lectura de noticias en Internet.
En la ola realizada entre marzo y abril de 2006, se aplicaron 3.051 formularios al mismo público objetivo: personas entre los 12 y 70 años, la cual contempló una ampliación de las categorías asociadas como los videojuegos, el fútbol como fenómeno cultural de los argentinos, el conocimiento de otros idiomas, la participación en cursos de aprendizaje alternativo y no formal, y el uso de la telefonía celular. Esta ampliación también permitió retomar la batería de preguntas de 2004 y establecer de forma comparativa la fluctuación del fenómeno cultural.
Es interesante cómo en la presentación de los resultados existe claridad en lo que atañe a la generación de información para una medición económica de la cultura, y lo que facilita el análisis de las prácticas y hábitos asociados, los cuales expresamente tienen una concepción teórica diferente. En marzo del 2008, la Secretaría publicó un nuevo estudio, con el cual se le da continuidad al ejercicio desarrollado por cerca de cuatro años, donde es posible difundir indicadores que permiten una sistemática medición en el tiempo de las mismas variables y categorías.
CHILE
Se han realizado dos encuestas de consumo cultural y tiempo libre: una en 2004, en la región metropolitana; otra, en 2005 en el resto de Chile. La primera bajo la perspectiva de indagar sobre la consecución que hacen las personas de equipamientos culturales, las frecuencias de consumo desagregadas en horas, tipologías y/o géneros, los circuitos de adquisición y las actividades, tiempos y razones asociadas al uso del tiempo libre. La segunda, orientada especialmente a la exploración de las razones de consumo y la participación en ciertas actividades culturales de carácter nacional.
Uno de los elementos a resaltar, es la conjugación de frecuencias de consumo con número de asistencias, así como la amplia desagregación en las categorías como la música, los libros, las revistas y el tiempo libre en cuanto a géneros y tipos.
En este campo es importante destacar el informe anual de cultura y tiempo libre que producen conjuntamente las instancias públicas nacionales de cultura y estadística39, con el cual se visibilizan una serie considerable de indicadores que se establecen no solo desde las encuestas, sino desde diversas operaciones estadísticas y registros que adelantan entidades públicas como privadas del sector cultural.
A este trabajo lo antecede una iniciativa que lidera el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a través de un comité de estadísticas culturales, en la cual los agentes involucrados revisan las necesidades informativas de cada sector, se hacen sugerencias al trabajo desarrollado desde el instituto, se establecen indicadores para avanzar en el conocimiento de otras áreas y elementos adscritos a lo cultural, se proponen cambios y diseños para el anuario de Cultura y Medios de Comunicación del INE, y se proyecta la planeación y ejecución de nuevas operaciones estadísticas.
ESPAÑA
Dado sus avances y desarrollos en el tema de medición de la cultura, España también se convierte en un referente estratégico para analizar cómo es p osible concretar en un instrumento un conjunto de categorías relacionadas con lo cultural. A diferencia de las encuestas latinoamericanas, la de España se desarrolla con mayor profundidad y número de variables, cada una de las categorías trabajadas y comunes: medios de comunicación, presentaciones y espectáculos de artes escénicas, música, exposiciones, publicaciones (libros, revistas y periódicos), entre otros.
Una de las primeras encuestas en el tema fue la de equipamientos, prácticas y consumos culturales desarrollada en 1990. En el periodo 2003-2004 el Ministerio de Cultura realizó una nueva encuesta a las personas mayores de 15 años con el propósito de “disponer de indicadores de participación cultural, que permitan estimar y diferenciar los hábitos generales de la población respecto a las diversas actividades culturales”. La pretensión era obtener indicadores que fueran compatibles con otras mediciones, en consonancia con las directrices expuestas por el grupo de trabajo de Estadísticas Culturales de Eurostat.
En esta encuesta, las preguntas se realizaron en torno al contexto general en que se desarrollan las actividades de tiempo libre, los equipamientos culturales que existen en el hogar, la lectura de libros, las publicaciones periódicas y la asistencia a bibliotecas. En otro componente, la encuesta da cuenta de las artes escénicas, donde hay una importante desagregación para teatro; se trabaja, además, la música como servicio y bien cultural. En cuanto a audiovisuales se averiguó por el consumo de cine, video, radio y televisión, y se hicieron exploraciones sobre las nuevas tecnologías, específicamente el uso del computador e
Internet. Respecto al patrimonio inmueble, la encuesta indagó acerca de los museos, monumentos y archivos.
Para el año 2006-2007, el Ministerio retomó el proyecto bajo el nombre de “Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España”, mejorando el instrumento de medición y aumentando algunas categorías de trabajo. Se destaca la complejidad y extensión del cuestionario, que amplía las variables de medición por servicio cultural (en el caso de ballet o danza, ópera y zarzuela), la distinción entre música clásica y actual, las categorías utilizadas para nombrar los medios para el uso de videos, la ampliación en los tipos de compras, el tipo de actividades realizadas a través de Internet y las maneras de adquisición de software.