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BASE CONCEPTUAL: SOBRE EL CONCEPTO DE CULTURA Y SU RELACIÓN CON LAS PERCEPCIONES Y LAS PRÁCTICAS
EL DEBATE DE LA DEFINICIÓN DE CULTURA
Lo cultural alude a los modos en que las sociedades producen percepciones y prácticas traducidas en formas de comportamiento, estilos de vida, creencias, sistemas de valores y de pensamiento. Estas formas de ser (prácticas) y de pensar (percepciones) se expresan y se materializan a través de manifestaciones tan variadas que pueden abarcar las creaciones estéticas (la música, la pintura, la danza, el cine, etc.), las expresiones monumentales del patrimonio de una nación, sus costumbres culinarias, así como también la innovación científica y tecnológica. Las formas de relación social, los modos de consumo, y las concepciones sobre el cuerpo y el medio ambiente, por poner otros ejemplos, también son culturales.
Lo cultural constituye las distintas dimensiones de la vida social, dimensiones que además se encuentran en permanente transformación y cambio. De allí la imposibilidad y probablemente inconveniencia, de generar definiciones normalizadas sobre el concepto de cultura. Cualquier intento de definición de cultura corre el riesgo de ser excluyente, al no abarcar y dar cuenta de la complejidad de los procesos culturales; de cosificar los procesos culturales, es decir de reducirlos a objetos, cosas separadas de lo social; o de ser tan general y abstracta que no se le encuentre mayor utilidad.
ALGUNOS INTENTOS DE DEFINICIÓN
En 1952 los antropólogos Alfred Kroeber y Clyde Kluckhohn publicaron un estudio en donde recopilaron las 160 definiciones de cultura que se habían generado hasta ese momento. Allí se incluyó la definición propuesta por Edward Taylor a finales del siglo XIX, la cual influyó enormemente en la disciplina antropológica norteamericana durante gran parte del siglo XX. Taylor definió la cultura como:
“...aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre”.
En 1982 la UNESCO, en el marco de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT, México, 1982), amplió la concepción de cultura limitada a “las artes y las letras” y asumió una noción antropológica más amplia evidentemente marcada por la definición propuesta por Taylor.
“Cultura comprende el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social, y [...] abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las formas de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y creencias”.
Posteriormente esta definición fue ratificada en el marco de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo (Nuestra Diversidad Creativa, 1995) y de la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo (Estocolmo, 1998). Esta definición es la que aún rige en la UNESCO y es la que acoge la Ley General de Cultura (Ley 397 de 1997) que rige la actividad del sector cultural en Colombia.
Otra de las definiciones que más ha influido en los estudios sociales durante las últimas décadas, fue propuesta por Clifford Geertz a finales del siglo XX, quien asume lo cultural como un entramado simbólico de sentidos que permiten conferir significado a la vida social. Desde esta perspectiva, para Geertz, el estudio de lo cultural no reside en descifrar patrones o modelos de conducta, sino en interpretar cuál es el significado de las conductas o formas de ser dentro de cada contexto específico. Al respecto dice:
“Entendida como sistemas en interacción de signos interpretables (símbolos), la cultura no es una entidad, algo a lo que puedan atribuirse de manera causal acontecimientos sociales, modos de conducta, instituciones o procesos sociales; la cultura es un contexto dentro del cual pueden describirse todos esos fenómenos de manera inteligible”.
PROCESOS QUE EXPLICAN Y DAN SIGNIFICADO A LAS MANIFESTACIONES CULTURALES
Por su parte, las tendencias actuales resaltan el carácter dinámico, diferenciado y cambiante de lo cultural. Esta noción de cultura incluye tanto las manifestaciones culturales así como los procesos que han dado origen, explican y dan significado a esas manifestaciones. Esta postura, asumida por el Plan Nacional de Cultura 2001-2010 Hacia Una Ciudadanía Democrática Cultural, se pregunta por el modo en que se transforma lo cultural, según cada historia particular de cada contexto específico.
De allí que en este plan no se hable de “la cultura”, entendida como algo dado, monolítico y sustantivo, sino de “lo cultural” expresión que en el contexto del plan incluye “además de las manifestaciones [...] los procesos que explican su aparición y les confieren razón de ser. Procesos que con el paso del tiempo hacen que las manifestaciones se vayan resignificando y se sigan reproduciendo, o que simplemente pierdan sentido y desaparezcan. Situarse en lo cultural permite concebir la cultura desde una perspectiva dinámica y en permanente configuración, la cultura como algo vivo que se crea y se recrea permanentemente, dependiendo de las necesidades de su contexto”.
Esta noción ampliada de cultura es el resultado no solo de la reflexión académica sino que hace parte de las demandas que durante gran parte del siglo XX hicieron movimientos sociales que reivindicaron la diversidad cultural y el reconocimiento de distintos estilos de vida y formas de pensar. Grupos étnicos, de mujeres, de jóvenes, de homosexuales, de discapacitados y de migrantes, entre otros, denunciaron exclusiones y discriminaciones. Movimientos que aún hoy exigen que se reconozcan sus formas de vida, sus memorias, sus expresiones, y en general sus intereses específicos, han hecho que el discurso social sobre lo cultural se amplíe y se vincule más a procesos sociales.
LA CULTURA COMO CAMPO DE ACCIÓN DEL SECTOR CULTURAL
La noción amplia y compleja de cultura desborda cualquier intento de definición y, por lo tanto, también desborda los límites y la capacidad de respuesta de lo que institucionalmente se conoce como el sector cultural. Es prácticamente imposible que la institucionalidad de este sector de cuenta de todo lo cultural ya que la cultura está presente en todas las dimensiones de la vida social. Son culturales las prácticas de higiene y las formas de percibir la sexualidad, sin embargo éstas son preocupaciones de la política de salud pública. Es cultural el modo en que se establecen las relaciones con el medio ambiente y, sin embargo, ésta es una preocupación del sector ambiental. La preocupación por lo cultural trasciende la organización sectorial y se convierte en un elemento que atraviesa transversalmente a los distintos sectores institucionales. De allí que es probable que en todos los sectores existan preocupaciones sobre lo cultural asociadas a la necesidad de entender percepciones y prácticas que hacen referencia a contextos y situaciones específicas.
El sector cultural por su parte, consciente de esta característica inherente a su ámbito de intervención delimitó, en el marco del Plan Nacional de Cultura 2001-2010, los distintos campos de política y las distintas disciplinas, temas y problemas que deben ser incluidos como objeto de la política cultural en términos sectoriales. Muchos de estos intereses habían sido atendidos desde varias décadas atrás (las expresiones artísticas, incluyendo las de sectores populares, las expresiones del patrimonio material, los medios de comunicación, el cine, las bibliotecas, los archivos y los museos). Otros temas en cambio, como las formas de creación asociadas al Internet, las relaciones entre los distintos grupos culturales, la relación entre cultura y convivencia, y las demandas culturales de los movimientos sociales, surgieron como propuestas novedosas que aún hoy no logran ser completamente asumidas por este sector pero que se encuentran en su agenda de trabajo en el mediano y largo plazo.
LIMITES DE ACCIÓN DEL SECTOR CULTURAL
Los campos de política definidos en el marco del Plan Nacional de Cultura 2001-2010, permiten acercarse al modo en que el sector cultural ha entendido en los últimos años el concepto de cultura y ha delimitado su acción dentro de lo cultural. Son tres campos en los cuales se inscriben las acciones de este sector.
El primero de ellos, el campo de participación, incluye todas las acciones conducentes a la participación e incidencia de los ciudadanos en los procesos de toma de decisión asociados a la gestión cultural y a la formulación de política pública. Para este sector la participación ciudadana plural es fundamental ya que constituye un mecanismo para que la actividad cultural refleje la diversidad de un país que constitucionalmente ha sido reconocido como pluriétnico y multicultural. Dentro de este campo se incluyen acciones asociadas a la participación en los consejos e instancias del Sistema Nacional de Cultura, la formulación de planes de cultura en los niveles municipal y departamental, la inclusión expresa de lo cultural en los planes de desarrollo y en los planes sectoriales, y el reconocimiento de las propuestas y demandas de los movimientos sociales en relación a lo cultural.
El segundo es el campo de creación y memoria y las políticas formuladas en él buscan impulsar procesos de expresión y creación, así como preservar las manifestaciones de la memoria de los distintos grupos que conforman la nación colombiana. Da respuesta a los intereses y necesidades de las siguientes áreas:
- Artes (música, literatura, escénicas y visuales).
- Audiovisuales (cine, televisión, video, fotografía, radio, diseño gráfico, expresión a través de la web y las nuevas tecnologías de la información).
- Industrias culturales y creativas.
- Acceso, circulación, intercambio y consumo cultural.
- Patrimonio (material, el cual incluye los bienes muebles e inmuebles; e inmaterial, dentro del cual se incluyen expresiones como los festivales y las tradiciones culinarias, entre otros.).
El tercero es el campo de diálogo cultural, en el cual se ubican las políticas que buscan fortalecer el reconocimiento de la diversidad y la comprensión de las diferencias culturales entre distintos grupos y personas. Se incluyen aquí políticas de atención diferenciada, dirigidas a grupos poblacionales específicos (infancia y juventud, población en situación de discapacidad, grupos étnicos, homosexuales etc.). Grupos que reivindican el reconocimiento de su condición particular y sus estilos de vida.
Las políticas de este campo exploran la relación entre cultura y convivencia, y buscan mejorar las relaciones entre distintas propuestas culturales (relaciones de género, entre generaciones e incluso relaciones entre grupos distintos de una misma cultura). En este campo de política se hace evidente la noción ampliada de cultura que ha adoptado el sector cultural en los últimos 10 años. Noción que incluye, además de las expresiones artísticas y las manifestaciones del patrimonio material, formas de vida, creencias y prácticas.
A pesar de que el tema de la diversidad asociado a la garantía de derechos hace parte de la agenda política desde hace más de una década, en Colombia éste es aún un campo de acción novedoso para el sector cultural que no ha logrado ser abordado en toda su complejidad ni aprovechado en toda su potencialidad.
LA CULTURA COMO PREOCUPACIÓN DE OTROS SECTORES
Dado que la cultura constituye distintas dimensiones de la vida social, en términos institucionales diferentes sectores han expresado su interés por fenómenos culturales. Fenómenos asociados a prácticas y percepciones implicadas en la convivencia ciudadana y en el bienestar individual y colectivo. Es así como para el sector salud resulta fundamental comprender fenómenos asociados a las prácticas alimentarias, sexuales, higiénicas y de consumo de sustancias psicoactivas; así como comprender las diferentes formas de percibir la salud y la enfermedad. Para los sectores energético, ambiental y agrícola, por su parte, resulta fundamental entender e intervenir sobre las prácticas que pueden generar impactos positivos o negativos en el medio ambiente. Para los sectores financiero, industrial y comercial resulta importante comprender los fenómenos asociados a las prácticas de consumo en contextos culturales particulares. Para el sector educativo y para las instituciones interesadas en temas de seguridad y de formación de ciudadanía, resulta clave comprender las formas en que se relacionan los ciudadanos entre si, así como las prácticas y percepciones que tienen acerca de lo público y lo político.
La condición transversal de la cultura exige replantear la formulación de políticas culturales de tal forma que den cuenta de esta realidad compleja para los Estados, tal y como sugiere Lucina Jiménez:
“Necesitamos redimensionar y trascender el papel del Estado latinoamericano, en relación con las políticas culturales para no quedarse simplemente como distribuidor de recursos cada vez menores, ni de bienes y servicios cuyo papel tiene que redefinirse ante los nuevos contextos globales, los comportamientos de los públicos y los impactos del desarrollo tecnológico. Es menester trabajar en el diseño de políticas culturales capaces de ver la cultura no sólo como recurso ético y estético, sino de colocarla en las agendas nacionales e internacionales para el desarrollo. Necesitamos políticas orientadas hacia la constitución de un sector con posibilidades de acción transversal e intersectorial y eso pasa por un conjunto de transformaciones de mediano plazo que reclaman acciones urgentes”.
El presente ejercicio estadístico constituye un aporte a la construcción de esa mirada compleja, transversal e intersectorial de lo cultural, que espera sustentar la formulación de políticas desde distintos sectores.
CULTURA Y MEDIO AMBIENTE
El análisis de la problemática ambiental hoy día se aborda apoyado en el enfoque ecosistémico, que resulta integral en la medida que, además de contemplar los elementos básicos de la vida en la tierra, es decir, la atmósfera, el agua, el suelo y las formas vivas que estos elementos albergan, incluye las interacciones de estos elementos entre si y con los seres humanos.
El concepto de desarrollo sostenible contemplado en la Ley 99 de 1993 como principio general de la política ambiental colombiana, tiene implícito la necesidad de hacer compatible las necesidades humanas con la capacidad biológica de los ecosistemas para satisfacerlas, y de allí el requerimiento de considerar como parte de la información ambiental, no solo el componente físico-biótico, sino además su relación con la estructura sociocultural y las dinámicas que tal relación conlleva. Es decir, las percepciones así como las prácticas que subyacen al modo en que los seres humanos se relacionan con su entorno. Este requerimiento resulta evidente de la definición de monitoreo ambiental suscrita por el Instituto SINCHI (López, 2007), partiendo de las consideraciones plasmadas en la Política Nacional de Investigación Ambiental (MMA, DNP y COLCIENCIAS, 2001).
En el marco conceptual del Sistema de Información Ambiental de Colombia -SIAC- se plantea la representación del mundo como un conjunto de cinco esferas: 1. La atmósfera, que constituye la capa gaseosa que cubre el planeta, 2. La hidrosfera, que comprende el agua en sus diferentes estados (sólido, líquido y gaseoso) y se encuentra en las aguas continentales, los océanos, los casquetes polares y glaciares, 3. La Litósfera, que incluye el suelo, la corteza terrestre y parte del manto superior, 4. La Biósfera, que constituye todos los organismos vivos (excepto el ser humano), y 5. La Antropósfera, que incluye todas las actividades, relaciones y funciones de la sociedad humana.
En todas y cada una de las esferas mencionadas se deposita masa en diferentes estados y energía en diferentes formas. La interacción de las esferas hace que las proporciones de masa y energía varíen, como resultado de intercambio entre las esferas. Este modelo conceptual considera el ambiente como la interacción entre la sociedad y la naturaleza (MAVDT et. al., 2007). De allí que resulte que este ejercicio estadístico pregunte por la relación existente entre cultura y medio ambiente.
El Sistema Ambiental, de una manera general y sistémica, puede considerarse como conformado por tres subsistemas: el subsistema social, el subsistema económico y el subsistema natural. Se destaca en este concepto la inclusión de la antropósfera, entendida como “Conjunto de hábitat y sistemas auxiliares creados por el hombre”. (Mata & Quevedo, 1998; citado en MAVDT et. al., 2007).
Ahora bien, dado el propósito de identificar un conjunto completo de temáticas ambientales que sean de interés del DANE en el marco del diseño de los módulos de Cultura y Medio Ambiente de la Encuesta de Cultura 2009, se considera adecuado partir de esta base teórica para realizar una propuesta jerarquizada de temáticas, apoyándose además en un criterio de relevancia territorial (global, nacional, regional, local) y entorno (urbano, rural, natural), dado que los intereses y preocupaciones ambientales de la población se forman dependiendo de estos criterios.
LOS CONCEPTOS DE CULTURA Y MEDIO AMBIENTE EN EL MARCO DE ESTÁ ENCUESTA
CULTURA
Esta encuesta se nutre de las perspectivas conceptuales presentadas anteriormente, y asume el concepto amplio de cultura que incluye, además de las manifestaciones artísticas y las distintas expresiones de la memoria, percepciones y prácticas. Formas de comportamiento y maneras de pensar que se alimentan mutuamente y que se construyen en un entramado simbólico que le confiere significado y razón de ser a su existencia. También asume la noción ligada al desarrollo de procesos que se nutren de fenómenos locales, regionales, nacionales y globales. Procesos sociales, económicos y culturales que explican lo cultural y hacen de éste un campo dinámico y en permanente configuración. Esta perspectiva facilita estar alerta al surgimiento de nuevas expresiones culturales, nuevas prácticas, nuevos sentidos y nuevos significados que deben ser identificados, reconocidos y comprendidos; especialmente si se encuentran implicados en la convivencia, en procesos de configuración de lo público, en la realización de los derechos ciudadanos y en la protección de intereses colectivos de las generaciones del presente y del futuro.
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MEDIO AMBIENTE
Por su parte, se asume la perspectiva ecosistémica de medio ambiente la cual concibe las distintas esferas del entorno natural (atmósfera, hidrósfera, biósfera, litósfera, antropósfera) y su relación con la satisfacción de las necesidades de los seres humanos en el presente y en el futuro. Esta perspectiva conceptual vincula medio ambiente (entorno natural) y desarrollo (necesidades humanas) y fue planteada entorno al concepto de desarrollo sostenible de la Declaración de Río de 1992.
Perspectiva que, a su vez, sustenta los planteamientos de la Ley 99 de 1993 que rige lo relacionado con la protección del medio ambiente en Colombia.
NECESIDADES DE INFORMACIÓN ASOCIADAS A LA CULTURA: UNA AGENDA A MEDIANO Y LARGO PLAZO.
NECESIDADES DE INFORMACIÓN DEL SECTOR CULTURA
Teniendo en cuenta las recomendaciones del documento de política: Visión Colombia II Centenario "Forjar una Cultura para la Convivencia", se ha elaborado una agenda que plantea las necesidades de información del sector cultura a mediano y largo plazo. En general se trata de información que aborde la relación entre la oferta y demanda de bienes y servicios provistos por el sector cultural. Se busca generar información que permita el análisis de los siguientes aspectos: cobertura de la oferta; percepción acerca de la pertinencia, calidad y pluralismo de la oferta en relación a las necesidades e intereses de la diversidad cultural; participación ciudadana e incidencia en los procesos de toma de decisión sectorial; participación ciudadana plural en procesos de creación, expresión y preservación de distintas expresiones de la memoria.
Esta información se recopilará a través de la aplicación alternada de distintos módulos de la Encuesta de Cultura. Se propone que esta encuesta mantenga de manera permanente un módulo dedicado a satisfacer las necesidades de información del sector cultural. Este módulo se combinará, cada dos años, con otro módulo donde se aborden aspectos culturales que interesan a otros sectores. Adicionalmente, además del aporte de la Encuesta de Cultura a la construcción de esta información, se plantea acudir a los Planes de Fortalecimiento de Registros Administrativos, censos y caracterizaciones sectoriales, con el fin de construir un corpus integral de información que complemente la información recopilada por el Sistema Nacional de Información Cultural -SINIC-.
NECESIDADES DE INFORMACIÓN CULTURAL DEL SECTOR AMBIENTAL
Respecto a las necesidades de información sobre percepciones y prácticas culturales asociadas al Medio Ambiente, se plantea también una agenda a mediano y largo plazo. Siguiendo el marco conceptual del Sistema de Información Ambiental de Colombia -SIAC-.
DISEÑO DE INSTRUMENTOS
En este caso se utilizó un cuestionario que combina características, hechos y acontecimientos con motivos y razones sobre ciertas prácticas culturales que realizan las personas de los hogares de las cabeceras municipales. Por el momento, y aunque es uno de los ejes centrales de lo cultural, las preguntas sobre opiniones, actitudes y sentidos, hacen parte de las futuras exploraciones.
El cuestionario tiene ocho módulos, los tres primeros permiten la identificación y localización de la vivienda, el conocimiento de la composición del hogar y las características generales de las personas. Los cinco módulos restantes integran las categorías conceptuales sobre consumo cultural, así:
Módulo A. Identificación y Módulo B. Datos de registro: permiten determinar la ubicación, la localización y las características generales de los hogares a encuestar para determinar su nivel socioeconómico y su estructura familiar. Total de preguntas: siete (7)
Módulo C. Características generales de las personas: con este grupo de preguntas se conocen las características básicas de los encuestados para obtener perfiles sociodemográficos sobre los residentes en Colombia. En este punto se obtiene información relacionada con el sexo, la edad, el estado civil, el origen étnico, el grado de escolaridad, la actividad principal y el nivel de ingresos mensuales. Total de preguntas: nueve (9)
Módulo D. Tiempo libre: identifica la cantidad de tiempo y las actividades que realizan las personas en su tiempo libre en una semana. Total de preguntas: tres (3)
Módulo E. Asistencia a presentaciones y espectáculos culturales: posibilita la caracterización de asistencia, gasto y razones de no asistencia a presentaciones y espectáculos culturales. Total de preguntas: trece (13)
Módulo F. Publicaciones y audiovisuales: indaga por la asistencia (servicios) y uso (bienes), frecuencias, tipos de acceso y razones de no uso/asistencia de bienes y servicios culturales. Total de preguntas: cuarenta y dos (42)
Módulo G. Asistencia a espacios culturales: establece el grado de asistencia, frecuencia y motivos de no asistencia a espacios culturales. Total de preguntas: trece (13)
Módulo H. Formación y práctica cultural: permite conocer las preferencias de las personas relacionadas con el acceso a ofertas educativas culturales y artísticas informales, así como con la realización de una práctica cultural en sectores culturales específicos. Total de preguntas: cuatro (4).